La Catedral vieja de Lleida (Seu Vella) y su claustro asombran a cada visitante. Esto muy a pesar de que la catedral desde hace mucho tiempo está desafectada como edificio religioso (y en permanente recuperación y restauración). Es con creces el monumento más destacado de la ciudad, y el más visible desde todos los ángulos y calles.
Imágenes (*) Matías Callone
La Catedral de la Seu Vella se encuentra en lo más alto del cerro (Turó) que sobresale estratégico en medio de la ciudad actual, ya expandida en todas direcciones. De cerca, o de lejos, la catedral y todo el complejo religioso con su claustro se ven en su escala monumental. Y si caminamos en sus interiores observaremos la majestuosidad de sus espacios y detalles.
Aunque fue construida en el siglo XIII, su estilo es de transición del románico (en sus formas) al gótico en su escala. Y su diseño posee varias singularidades, como el emplazamiento del claustro (construido entre los siglos XIII y XIV). Pero sin duda, uno de los primeros interrogantes al recorrer sus espacios y ver su grado de degradación en el pasado (en actual restauración) es saber acerca de su historia tan singular.
La Catedral de la Seu Vella fue terminada en el siglo XV con el campanario y la puerta de los Apóstoles, y estuvo dedicada al culto hasta comienzos del siglo XVIII. Tras la conquista de la ciudad por Felipe V, su lugar estratégico fue visto como un sitio ideal para utilizarlo con fines defensivos. La catedral fue desafectada para el culto, y utilizada como cuartel militar. Desde entonces nunca ha vuelto a desempeñar funciones religiosas (entre otras razones porque fue reemplazada por una nueva catedral barroca en la parte baja de la ciudad).
Es curioso como los trabajados pórticos de acceso se conservaron parcialmente siendo utilizados como accesos a un cuartel militar. Aunque muchos de los detalles se perdieron:
(la foto corresponde a la Puerta de los Apóstoles, construida en los siglos XIV y XV inspirada en otros pórticos del gótico francés).
Sin embargo, los espacios en constantes cuidados y restauración recuperaron gran parte de su esplendor:
Los exteriores de la catedral poseen una gran austeridad decorativa propia de su estilo arquitectónico.
Aunque el mayor detalle es posible de ver en sus pórticos.
Por ejemplo la foto anterior corresponde a la Puerta dels Fillols, que durante mucho tiempo fue la entrada principal, especialmente obligatoria para quienes recibían un bautismo. Es un ejemplo notable de la calidad alcanzada por la escuela de Lleida.
Es curioso como este monumento histórico tan espectacular fue despreciado como tal en el pasado, mientras que hoy está en proceso de postulación para ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad. Todo este proceso de revalorización se inicia desde la segunda mitad del siglo XIX. Ya en 1918 la Seu Vella es declarada como monumento nacional (en restauración desde el año 1949). Su legado llega hoy a ser uno de los emblemas de Lleida.
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Así se ven hoy sus interiores:
Muchas de las obras decorativas e históricas de su interior están conservadas parcialmente. La catedral convertida en cuartel fue modificada: el espacio religioso fue dividido en dos pisos, y la parte inferior fue utilizada como almacén de armamentos. Por ello es que hoy se observan que muchas de las esculturas fueron mutiladas y dañadas, o directamente decapitadas:
El Claustro.
Como parte del complejo religioso, otro de los espacios que más me sorprende (y creo sorprende a cada visitante) es el claustro de la Seu Vella, que está ubicado delante de la fachada principal, algo bastante inusual.
Las dimensiones de sus galerías y ventanales son colosales, y es de hecho uno de los claustros más grandes de Europa. Una de sus galerías hace de perfecto mirador a través de cinco arcos hacia la ciudad.
En total todas las galerías suman 17 arcos ojivales.
Poco más queda que recomendar caminar estas galerías en una visita en el que el edificio nos deslumbrará:
El Campanario
Como parte de la visita, también se puede subir a la torre campanario, desde la que se obtienen estas vistas:
Esta torre está situada junto a una de las galerías del claustro, y su ascenso toma unos cuantos minutos (y una buena decena de escalones, más exactamente 238 para sumar 60 metros de altura). El campanario fue construido en el siglo XIV, aunque se termina en el siglo siguiente. De decoración gótica en su última planta (con gárgolas incluidas), hoy sus campanadas funcionan anunciando los cuartos y las horas.
Hacia el lado norte, se puede ver el Castillo de la Suda de Lleida, antigua alcazaba de origen andalusí. Los restos de este complejos defensivo están rehabilitados y se encuentran justo detrás de la catedral antigua.
Visitar todo este complejo en la colina de la Seu Vella es una de las principales actividades a realizar en Lleida.
Por cierto, una visita a la ciudad y su entorno fue uno de los viajes realizados recientemente, un itinerario ideal para hacer en varios días sumando puntos en la ruta por paisajes, patrimonio, pueblos y castillos muy cerca de Barcelona que pronto voy a compartir en detalle.
(*) Todas las imágenes pertenecen a Matías Callone y están bajo licencia Creative Commons.
* La visita a Lleida fue realizada en el marco de un viaje por pueblos con encanto de la provincia de Lleida organizado por la Agencia Catalana de Turismo con la colaboración con Turisme de Lleida / Ara Lleida
Jamás organizo un viaje sin pasar por este sitio, maravilloso trabajo. Te sigo en todas las redes. Es una pena que varias fotos del post no se vean porque las imagenes tambien son excelentes.
Hola Roxana, muchas gracias por el comentario. Estuve mirando y las fotos las veo bien a todas, no se que pudo pasar .
Gracias por aportarnos esta conocimiento, por no saber cuando cruce de
Osorno a Villa la Angostura pase por Petrohue pero no pare, tambien fui a las sierras de Monserrat y dormi en el monasterio y despues en Manresa por extraviarme y me perdi la belleza de Lleida.
Hola Cristina. A mi me pasa igual a veces, descubro cosas que me las perdí al estar en ese lugar :(. Siempre son razones para volver. Gracias por el comentario!