10 cosas que aprender de Finlandia

No sólo me gusta viajar países. También me gusta entenderlos, saber cuales son sus problemas, o cuales fueron alguna vez las soluciones que implementaron para ser lo que ese país es hoy. Finlandia es un país del que aprendí y conocí mucho, dentro de lo que fue mi último blogtrip viajero a través del blog 101lugaresincreibles, un país sobre el que leí, pregunté, y conversé cuando pude con su gente. Lo que sigue es un listado de puntos que además de llamar mi atención, creo que son aspectos curiosos de los que me gustaría que tantos países pudieran aprender e imitar. Simplemente, diez cosas que (otros países) deberían aprender de Finlandia:

1. Camina por donde quieras

Antes de llegar al país me sorprendía leyendo en folletos turísticos de Finlandia recomendaciones de caminar por donde quiera, sin miedo y temor de hacerlo. El concepto se llama Jokamiehenoikeus, una ley no escrita (o escrita a medias) pero que no necesita papel, porque es un concepto que es parte de la cultura tradicional del país: en Finlandia se puede caminar por donde quieras (o casi).

(una foto en plena caminata por el sendero de Karhunkierros en Laponia finlandesa)

Simplemente, la regla es que en un país donde todo es bosque y lagos (por miles) y donde hay tanta naturaleza, eres libre de caminar (en terreno público o privado) siempre que: 1. no molestes pasando cerca de una casa o un terreno sembrado 2. dejes todo tal como lo encontraste. Y hasta lo ponen en los folletos turísticos, eso de que camines por donde quieras, explores sin temor a nada más que a tus limitaciones. Incluso puedes pasar la noche, acampar en un bosque, junto a un camino, etc. Lo contaba en profundidad en una entrada que pueden leer para profundizar sobre el «derecho a la naturaleza» que se practica en los países nórdicos.

2. No todo se paga

El punto anterior «camina por donde quieras», es parte de un concepto más amplio: «el derecho de acceso». No sólo la naturaleza está abierta y disponible para todos, también los museos y espacios públicos variados. Y ello se traslada a muchos conceptos relacionados con el estado de bienestar. En Finlandia hay muchas cosas que son «gratis»: las carreteras son nacionales y no tienen peajes, el acceso a la educación gratuita en todas sus etapas (y uno de los mejores sistemas educativos del mundo). Incluso, la educación gratuita incluye la asistencia sanitaria, una comida diaria, materiales escolares, el transporte y clases extra curriculares de apoyo (todo gratuito). Llamó mi atención en espacios naturales, especialmente en Parques Nacionales, la disponibilidad de senderos con cabañas y refugios «públicos» cada pocos kilómetros.

(Cabañas gratuitas y equipadas en Parques Nacionales, simplemente hay que llegar y encontrarlas desocupadas para poder utilizarlas)

Las hay equipadas (si, como suena, pueden tener: cocina a leña, o a gas, cantidad de leña que el propio gobierno se encarga de suministrar, herramientas, y es gratis) y en las que sólo resta tirar el saco de dormir. Y lo más increíble es que están situadas en lugares idílicos, en medio del bosque, junto a lagos donde es un placer amanecer. Todo «gratis» o no tanto, porque los finlandeses confían en «su estado» y (quiero creer) sus políticos, y para ello pagan muchos impuestos, y tienen un bajísimo nivel de corrupción.

3. La vida sencilla.

En una conversación con mis anfitriones en la isla de Kimito, preguntaba acerca de cual era el secreto de Finlandia para muchas de las cosas que vengo nombrando, la educación de calidad y gratuita, la «armonía» social que se respira…La respuesta que me dieron (que me resultó muy convincente) es que en Finlandia hay un consenso en cuanto a la igualdad, en cuanto a que la sociedad es igualitaria en el mejor sentido. No se ven casas suntuosas por ejemplo, prevalece lo sencillo. No se ve una acentuada diferencia entre clases sociales (aunque si hay gente con mucho dinero, clase media y gente que necesita ayudas del gobierno), pero no están acentuadas esas diferencias. El rico, en general no parece querer exhibir su riqueza. Hay casas de verano de gente adinerada que tienen como baño una auténtica letrina (que tal vez tenga décadas así). Y no es que sean tacaños, simplemente no necesitan más que eso. Hay una cultura de preservar y cuidar lo que funciona, aunque sea viejo. No hay un consumismo acentuado (si hay gente consumista, pero según mis impresiones, no es lo que le quita el sueño a la mayoría de la gente estar a la última, tener el último coche, bicicleta, la casa más grande…y así)

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4. Conéctate donde quieras.

En cada ciudad que estuve de Finlandia, me pude sorprender de la facilidad con la que se ofrece la conexión a internet. He estado en bares, restaurantes, donde casi en cada mesa hay un enchufe, y acceso a wifi bastante más abierto que en otros países europeos. El concepto del «derecho de acceso» del que hablaba se sigue aplicando y adaptando a los cambios tecnológicos de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Y así llegamos a que a través de una ley, Finlandia garantiza el acceso a banda ancha como un derecho humano. Es el primer país que tomó una medida de éste tipo y desde mediados de 2010 cada finlandés tiene derecho al acceso a banda ancha con una conexión de calidad garantizada (obviamente que hay que pagarlo, pero sea donde vivas, tienes derecho a que te instalen ese servicio). Cada operadora de telecomunicaciones está obligada a suministrar a cada residencia y oficina una buena conexión en cualquier punto del país. ¿Y que cambia ésto?. Mucho, una alto grado de uso de nuevas tecnologías, incorporación rápida de nuevas tecnologías, y un impulso a un ambiente innovador en un país pequeño que ha dado a luz algunos de los gigantes tecnológicos de los últimos tiempos.

5. Retírate a una cabaña.

Al salir en bus de las grandes ciudades puedes ver como en pocos minutos el cemento muta a bosque, lagos…y cabañas. No importa que en el mundo la tendencia sea a que todos se largan a vivir a las grandes ciudades. Los finlandeses lo tienen claro, eso de que no hay que perder el contacto con la naturaleza. Muchas familias tienen una segunda casa, que suele ser una cabaña (Mokki) en medio de un bosque o cerca de un lago donde retirarse fines de semana o una temporada.

A menudo apenas tienen lo básico y lo mínimo, porque no es necesario más para conectar con la naturaleza. Cabañas sencillas, pero demasiado hermosas. Y también pude notar como los finlandeses gustan arreglar o construir con sus propias manos las cabañas. Era notable la cantidad de finlandeses trabajando en sus cabañas, pintando, cortando el césped, y disfrutando de ello.

6. No hagas nada

Y entre tanta cabaña, simplemente, disfruta del arte de no hacer nada, algo que recomiendan desde los mismos folletos turísticos en que te animan a caminar por donde quieras.  Una vez instalado en el medio del bosque, comienza un libro, termina un libro, pon los pies arriba junto a un hogar a leña, camina por el bosque y disfruta del atardecer de tu vida. Pon la mente en blanco, desconecta, olvida la tele, internet, y tan sólo mira por la ventana.

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7. Tómate un baño sauna.

Y una vez que estás aclimatado en eso de no hacer nada, estás entrando en trance finlandés, y lo que toca es una buena sesión de sauna, o traducido, pasar un rato sudando como parte de un ritual. La palabra sauna es de origen finés. Y en Finlandia hay 3 millones de saunas para poco más que cinco millones de habitantes. Hay saunas que están situados en departamentos (con la revolución del calentador de sauna eléctrico) pero los finlandeses aprecian lo tradicional, y se quedan con el sauna a leña, junto a un lago, en el mar Báltico o en medio de una isla.

(Tomando una sesión de sauna y chapuzón en el Báltico con los anfitriones en la isla de Kimito)

Lo ideal es una hora alternando tres sesiones de 10 minutos con inmersiones en el mar. Y si es invierno revolcones en la nieve. La sauna es una institución nacional y no hay que olvidar aquello que dice «en la sauna como en la iglesia se requiere recogimiento», aunque en la práctica no sea tan así.

8. Muchos con «poco» antes que pocos con mucho.

En Finlandia estuve un tiempo en Kimito circulando en coche por caminos desolados en donde no podía encontrar más que bosques, lagos, y granjas. Granjas casi siempre con sus casas pintadas de rojo con ventanas blancas. Granjas casi siempre iguales, sin cercas, ni alambrados. Granjas sencillas sobre terrenos pequeños. Y nuevamente la idea de «¿para que más, si con eso alcanza?». Pero en esa observación intuyo que hay algo más revelador. El «no hace falta más» es una idea que implica no ambicionar terrenos inmensos de tierra, y además, una distribución y un acceso a la tierra atomizado en donde «todos tienen» ese poco que es suficiente. Ya, me dirán que estoy bajando línea socialista :P, pero esas miles de granjas sencillas hablan de un país donde las ambiciones parecen estar domadas por millones de personas con los pies sobre la tierra, y que además, aquello lo valoren o lo sientan como algo natural. En el otro extremo pondría «países donde hay pocos que viven con mucho, y muchos con poco», y mejor me ahorro eso de dar nombres….

9. No sigas siempre el rebaño.

¿Y que hay de que todo sea tan monótono y previsible?. Pues que todo se vuelve aburrido. Y ahí entra en juego el particular sentido del humor finlandés. Si estás en medio de un bosque sin nada que hacer, pues prueba sentarte en un hormiguero (así lo insinúan en otro legendario folleto turístico). Si estás con 20 grados bajo cero y aburrido, pues te quitas la ropa, sesión de sauna y un chapuzón en el Báltico. Nunca hay que perder la capacidad de sorprendernos a nosotros mismos.

10. Haz que todo sea simple, o lo parezca

En medio de un bosque hay lugares donde hacer un fuego, y leña disponible. Pero si lo que necesitábamos era cortar leña más pequeña, había un problema: necesitábamos un hacha. En Finlandia, lo que pude aprender es que para cada problema simple, hay una solución simple. Y en éste caso, la solución consistía en buscar alrededor para darse cuenta que a pocos metros el gobierno había dejado un hacha para quien lo necesite. Pero ésta idea de encontrar las soluciones a todo a tu alrededor se aplica a cada situación. Si estás perdido, sólo busca el cartel que seguramente está a pocos metros de donde un finlandés calculó que alguien podía estar perdido. Si hasta llegué a bromear y pensar que en Finlandia, para cada problema hay una solución a pocos metros. Todo se hace simple. Y no hay nada de que preocuparse. Así llegué a explicarme también, la razón por la que los finlandeses viven tan relajados.

Hasta aquí llegamos, y espero que puedan tormar nota, porque creo que hay mucho que poner en práctica en otras latitudes. También aclaro que no es que tenga la visión perfecta de un país ni mucho menos, simplemente quería destacar éstos aspectos (creo que positivos) de un país que me ha encantado.

2 comentarios de “10 cosas que aprender de Finlandia

  1. Matías Callone (@VisionBeta) dice:

    Claro claro, lo de gratuito es un decir «no hay que pagar directamente por ello»…pero la calidad y el acceso a esa calidad si están garantizados para todos…

  2. Jordi dice:

    Creo que el concepto que le das a lo gratuito es equivocado. En ninguna parte del mundo existe la
    educacion gratuita o los museos gratis. Siempre hay alguien que esta pagando por los servicios y en el caso de finlandia me arriesgaria a decir que la gente lo hace a traves de altos niveles de impuestos. Creo que seria mucho mas correcto hablar de estado eficiente en el manejo de los recursos o que los impuestos vuelven a quienes los pagan. Mas alla de esto creo que hay muchas cosas que aprender de paises como finlandia y el slogan de camina por donde quieras es fantastico. No hay duda que el concepto de la libertad y la igualdad de derechos es la base para el desarrollo de cualquier pais.

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