En Alemania existe una ruta turística que recorre los pueblos más bonitos, un itinerario que va hilvanando punto a punto a lo largo de 3.000 kilómetros las ciudades famosas por sus casas y fachadas entramadas (que son todo un sello del país). Se llama Ruta alemana de arquitectura de entramados, y atraviesa los estados de Baja Sajonia, Sajonia-Anhalt, Hesse, Turingia, Baviera y Baden-Wurtemberg a lo largo de nada menos que 3.000 kilómetros. En ésta entrada seleccionamos el trayecto que recorre la zona de la Selva Negra (una famosa zona de montaña y bosque al suroeste del país) y cinco de sus pueblos que son tan bonitos, que parecen sacados de un cuento:
1. Bad Urach
Bad Urach es una ciudad famosa por sus balnearios de aguas termales. Está en medio de un paisaje de montaña (la cordillera del Jura de Suabia). En el corazón de la ciudad se encuentra el mercado medieval, el ayuntamiento (también con sus fachadas entramadas), y una cantidad de ángulos desde donde tomar buenas fotografías como las que siguen:
2. Herrenberg
Segunda estación de nuestro paseo virtual, Herrenberg es un pueblo a unos 30 kilómetros de Stuttgart y es un buen lugar donde hacer un descanso en una ruta por la Selva Negra. De hecho, hay bastante infraestructura turística, y hasta cuenta con las ruinas de un castillo que atrae visitantes de todo el mundo:
3. Calw
Simplemente, otro de los pequeños pueblos de la Selva Negra y de la ruta, con sus infaltables casas entramadas que siempre salen tan bien en cada imagen:
4. Altensteig
Se encuentra en la ribera del río Nagolt, y es un pintoresco caserío adaptado a la pendiente de una colina. También en el entorno de la Selva Negra, Altensteig acrecienta su atractivo con la belleza del paisaje:
Ünsal.Ceylan (Via Wikimedia, licencia Creative Commons)
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5. Schiltach
Es otro de los pueblos de ésta región que tal vez no sale entre los destinos famosos del país. Sin embargo, la belleza de Schiltach merece tomar apuntes, o incluirlo en una ruta en coche por la Selva Negra. El entorno no es menos encantador que la ciudad, con un bosque rodeando un casco medieval, con casas entramadas que como la mayoría de los pueblos anteriores, fueron construidas entre los siglos XVI y XIX. En particular, en Schiltach un río atraviesa el pueblo con las casa en su orilla, lo que acrecienta aún más el encanto:
¡Qué bonito! Tengo que apuntarme esa ruta. La Selva Negra ha sido desde hace años ya uno de los destinos que siempre he querido visitar; mis padres estuvieron allí hace casi 20 años y volvieron encantados. Sin duda es algo que, el día que pueda permitírmelo, voy a hacer: una ruta por lo más profundo y salvaje de Alemania.