No es que sea precisamente una maravilla natural, sino una curiosidad donde la naturaleza ha vuelto a poner algo de orden a los desajustes que habían hecho las personas en otros tiempos. En la costa de Mendocino, estado de California en Estados Unidos existe una playa que está conformada por millones de pequeños trozos de vidrio erosionados de tal modo que terminan formando la «arena» de la playa.
Sobre todo en década pasadas de mediados del siglo XX, la playa se utilizaba como un vertedero en el que se tiraban toneladas de basura, entre ella restos de vidrio, porcelana, y otros objetos bastante menos «sutiles», como restos de motores. electrodomésticos. Ante el desastre ecológico, las autoridades de California cerraron el área en el año 1967, y posteriormente, llevaron adelante varios programas de limpieza en el lugar.
Gustavo Gerdel (Via Wikimedia)
El oleaje del mar sobre todo, fue el que terminó culminando la tarea de limpieza de los restos de cristales, cerámicas y materiales que se convirtieron en pequeñas partículas de arena. El resultado fue una impensada curiosidad con una inesperada belleza artificial: una playa donde la arena tiene cantidad de colores «extraños», con restos de cristal redondeados. Se conoce simplemente como Glass Beach.
Jef Poskanzer (via Wikimedia)
Lo que era un terreno privado, fue vendido al estado, que convierte el sitio en un sitio público incorporado al Parque estatal MacKerricher. Una historia con mal comienzo y final feliz: el sitio es hoy uno de los principales atractivos turísticos de la costa de Mendocino, sobre todo cuando el sol se refleja en la arena y los cristales multicolores brillan creando un efecto muy llamativo.
El parque MacKerricher setá cerca de Fort Bragg, una pequeña ciudad en la costa norte de California.
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