En Extremadura hay rincones por demás curiosos que ver. Y en una de sus provincias, Cáceres, también hay rincones congelados en el tiempo en los que profundizar, más que desde el blog, en un posible viaje que no tardaremos en desear:
1. Un casco histórico monumental (Ciudad de Cáceres)
Sobre todo en la Ciudad Vieja, la zona antigua declarada como Patrimonio de la Humanidad por su excelente grado de conservación desde la Edad Media, nos sorprenderemos con uno de los conjuntos urbanos medievales y del Renacimiento mejor conservados de Europa. En esa área, se concentran además una serie de edificios de gran valor patrimonial, iglesias como la Concatedral de Santa María, palacios, torres, arcos, todo a escala monumental (algo de lo que intenta reflejar ésta selección de fotos que pueden ampliar en el link que sigue). La ciudad de Cáceres se refleja en fotos de un modo que inspira a enamorarse y conocer ésta maravilla urbana de Extremadura.
Aquí puedes ver 22 fotos para morir de amor por Cáceres
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2. Un monasterio monumental (Guadalupe)
En Guadalupe, un pueblo de pequeñas casas bajas de pintorescos tejados, desde lejos no sobresale una torre de iglesia, sino un monumental monasterio fortificado. Guadalupe es un sitio de peregrinación por su santuario, un punto al que se llega por los caminos de Guadalupe (aunque menos concurridos, equiparables por su historia al Camino de Santiago). El propio Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, con su recinto amurallado y acento mudéjar, detalles góticos, renacentitas y barrocos, está reconocido como Patrimonio de la Humanidad. No solo son un símbolo de la provincia de Cáceres, sino de toda Extremadura. Además, en Guadalupe hay numerosos monumentos arquitectónicos históricos que ver.
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Mario Modesto Mata
Sandra Vallaure
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3. Una ciudad de exploradores (Trujillo)
No llega a 10.000 habitantes, por lo que es una ciudad con alma de pueblo encantador. Trujillo es una colección de ángulos fotogénicos con huellas de cada época, y homenajes a los conquistadores que nacieron en ésta ciudad: desde Francisco Pizarro, hasta Francisco de Orellana. Cuenta con un castillo (alcázar árabe), y otros monumentos arquitectónicos que suman siglos, como la iglesia de Santa María la Mayor, o palacios de distintas épocas de esplendor de la ciudad.
David Daguerro (Via Wikimedia)
Elemaki (via Wikimedia)
4. Entre bellezas de montaña, Garganta la Olla
Si nos vamos «de pueblos» por la provincia de Cáceres, entre los apuntados, sin dudas hay que incluir a Garganta la Olla, comarca de la Vera. Lo que encontraremos es un pequeño pueblo rodeado de terrazas en el entorno de la sierra de Tormantos, y donde sobresale sobre todo la torre de una iglesia que protagoniza en altura el paraje en un conjunto reconocido por su valor Histórico-Artístico. La visita a los edificios de valor patrimonial se complementa con una naturaleza que excede en atractivo, entre gargantas naturales con piscinas naturales, montañas y senderos por recorrer. Leopoldo de Castro
Leopoldo de Castro
5. Una joya de arquitectura rural (Robledillo de Gata)
Le llaman arquitectura rural o verata, y uno de los mejores exponentes es el pueblo de Robledillo de Gata. Estuvo relativamente aislado (o comunicado por vías modestas), lo que permitió un gran estado de conservación de su tradición constructiva. Casas con muros de adobe, entramados y aleros de madera, calles estrechas, pasadizos, detalles que hacen de éste pueblo un sitio representativo de la tradición constructiva de la región, un tesoro arquitectónico que ha permanecido a resguardo de los cambios con una orgullosa identidad y encanto (que nadie se atrevería a negar):
Joanvega (via Wikimedia)
6. El tesoro urbano de una judería (en Hervás)
El último elegido (de una selección que aún puede ampliarse en recomendaciones en comentarios) se encuentra al norte de Cáceres en el valle del Ambroz y en un magnífico entorno natural. Hervás cuenta con un tesoro urbano imperdible: su judería. Sobre todo en el siglo XV se estableció una notable comunidad hebrea que ha dejado sus huellas en el entramado urbano y algunas edificaciones sobre todo junto al río. Especialmente en verano, el turismo hace presencia para disfrutar de escapadas de fin de semana y perderse en sus calles estrechas con pintorescos desniveles que suman encanto al paseo. Se trata nada menos, que una de las juderías mejor conservadas de España.
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