El extraño precio de ser «alto» en un vuelo largo

Ser relativamente «alto» está bueno para ciertas cosas. Por ejemplo, en conciertos, espectáculos, en el teatro (hasta a veces siento culpa por ser molesto para los demás). Aclaro que no soy demasiado alto (1,85)…pero en fin, está bueno para varias cosas. En cambio, para otras no está nada bueno, empezando por viajar. En buses urbanos, si viajas de pie terminas viendo el techo, porque las ventanillas están demasiado bajas. Tampoco faltan algunos golpes caminando por calles con ramas y carteles no tan bien ubicados. Pero nada es comparable con el pesar de un viaje largo en avión. Primero, la pesadilla se puede anticipar con un golpe de cabeza al entrar al avión mientras te preocupas por saludar y no parecer un borde antipático ante la azafata que saluda. Pero nada es comparable con lo que viene después.

Éste post es el resultado de un viaje de 13 horas en el vuelo KL 707 del día 9 de septiembre 2013 desde Amsterdam a Buenos Aires. Después de llegar a destino no se me ocurre nada mejor que comentar en mi cuenta personal en Twitter que ésto:

El resumen del vuelo, podría ser, que después de pasar por una larga travesía (para llegar a Amsterdam), y luego de una noche en el aeropuerto de Helsinki, lo que uno espera en un vuelo largo, no es otra cosa que descansar. Ahora bien, en un vuelo de 13 horas en clase económica, lo que no abunda precisamente es espacio…y luego de probar todo tipo de posiciones para ubicar mis piernas, intentando incluso eso de sacarlas al pasillo (sin que tropiece ninguna azafata o pasajero), lo que en la práctica suena bien, el resultado es que con pisotones y golpes, calambres y hormigueos, lo que queda, no es otra cosa que llegar a experimentar la sensación de que lo que me sobraba en ese viaje además el sueño, eran las piernas. Lo comento en Twitter, y la respuesta de KLM no tarda en llegar:

Vuelos largos, poco espacio, optimización extrema de cada centímetro para que entren la mayor cantidad de pasajeros posibles….y para personas altas o de cuerpo grande, una incomodidad inolvidable. Lo curioso, es que la respuesta que dan parece ser: «pues lo siento, si eres de piernas largas, o alto, la solución es que pagues más por unos centímetros de espacio»….Pero es que yo no elegí tener éstas piernas que me vienen «de fábrica», ni tampoco creo, que haya que cobrar un extra para quien decide hacer un viaje largo que se pretende placentero. Tampoco pediría que me regalen un lugar en clase ejecutiva. Tan sólo un par de centímetros más, o cuatro más, no hubiese estado mal, incluso para el pasajero de adelante que tuvo que soportar mis rodillas apoyadas en su asiento.

2 comentarios de “El extraño precio de ser «alto» en un vuelo largo

  1. francesc dice:

    Hei buenas!
    te entiendo perfectamente!! yo por eso ya he dejado de comprar billetes low cost, porque al final si viajo facturando maleta y escogiendo asiento en salida de emergencia me sale por el mismo precio que con una compania de «bandera»
    cabe decir un puente aereo con vueling, donde me toco un asiento al final de todo, que tuve que estar todo el rato de pie porque literalmente no cabia (mido 187), suerte que es un vuelo corto, pero en vuelos intraeuropeos largos (de 3-4h) he sufrido bastante, y llegar al punto de suplicar al de delante que no reclinase el asiento.
    sin ganas de hacer publicidad, yo la compania con la que vuelo mas comodo (por espacio de piernas) es lufthansa

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