La Cisterna Basílica es un tesoro oculto que ver en una visita a Estambul. Y no está precisamente a simple vista: es una imponente obra de ingeniería de 1.500 años de antigüedad que por si fuera poco se parece a un palacio subterráneo.
¿Qué es la Cisterna Basílica?
Se trata de un depósito de agua construido en la época bizantina. Pero no precisamente de un simple pozo excavado. Para sostener un depósito de agua capaz de abastecer parte del consumo de una de las ciudades más grandes del mundo por entonces, había que pensar en una estructura compleja, además de resistente. Eso es lo que te deslumbra al visitar la Cisterna Basílica, tal como me sucedía a mí en mi paso por 30 días por la ciudad de Estambul (por cierto cada uno de mis viajes lo pueden seguir al momento por mi Instagram).
Esta enorme cisterna fue pensada diseñada de modo tal que su aspecto la hace similar a un palacio.
En esta ciudad capital imperial, todo se pensaba y se hacía en grande. La curiosidad es que para sostener la estructura de la cisterna se utilizaron cantidad de columnas. Y muchas de estas columnas se «reciclaron» y extrajeron de antiguos templos de cultos paganos, que quedaron en desuso con la implantación de cristianismo.
Así, hermosas columnas decoradas que se extraían de templos abandonados se reutilizaron para sostener la estructura de esta cisterna capaz de resistir por siglos. La Cisterna Basílica es la más grande de 60 depósitos de agua que se hicieron en total en la época bizantina. La función de todas ellas era acumular el agua de lluvia que llegaba a través de un acueducto (como resguardo ante cualquier inconveniente por falta de agua).
¿Por qué asombra tanto la Cisterna Basílica?
Porque se trata nada menos que de una estructura en la que es difícil imaginar la proeza en términos de diseño y funcionalidad de avanzada que implicaba en su desarrollo hace 1.500 años. Un diseño con 98 columnas capaz de almacenar 100.000 toneladas de agua es algo que se dice pronto. Pero fue una obra que aún hoy sigue impresionando.
Si a ello sumamos la belleza ornamental de sus columnas, pasillos y perspectivas, creo que es fácil imaginar por qué es uno de los sitios históricos que más recomiendo ver en Estambul.
Breve historia de la Cisterna Basílica.
Es de imaginar que en esa época el agua era un bien más que preciado e indispensable para sostener la vida de una gran ciudad como lo era Constantinopla. Pero además no solo se trataba de tener reservas de agua para tiempos de seguía, sino un resguardo para momentos en los que la ciudad sufría posibles un asedio.
La Cisterna se construye en los años 527 a 565 durante el reinado del emperador Justiniano (por lo que como decía cuenta con casi 1.500 años).
Dimensiones
Este enorme espacio que hoy podemos caminar por dentro, no estuvo más que oscuro y lleno de agua durante siglos. Es una estructura de 140 metros de largo y 70 de ancho, y lo que más impresiona en su interior es su bosque de columnas de 9 metros de altura cada una.
Cómo es la visita.
Luego de pagar el ticket, ingresamos por una escalinata de 52 escalones para descender. Lo que se recorre es el interior de la cisterna a través de unas pasarelas por sobre el nivel del agua (que normalmente es muy bajo, ya que solo se utiliza actualmente con fines turísticos). El efecto del agua, la luminosidad leve (parte de la ambientación), los reflejos y ese bosque de columnas hacen que nuestro recorrido sea en cierto modo encantador.
Duración de la visita: Normalmente se puede recorrer en unos 30 minutos. Se realiza una caminata autoguiada en la que se puede o bien ir leyendo información en algunos paneles, o contratar una audioguía.
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Qué ver en Cisterna Basílica.
Además de el recorrido sobre las pasarelas «flotantes» observando las perspectivas del bosque de columnas con la luz tenue, hay varias curiosidades dentro de la cisterna más famosa de Estambul.
Por ejemplo, es llamativo caminar e ir observando que las columnas tienen distintos diseños, o texturas. Esto es el resultado de haber reciclado y reutilizado columnas de antiguos templos y edificios.
Aunque sin duda lo más curioso de la Cisterna Basílica son las dos cabezas del mito de Medusa que hay debajo de dos columnas. No se sabe a ciencia cierta por qué razón están en ese lugar. Pero se cree que simplemente se recuperaron y utilizaron esos bloques de piedra por pura practicidad. Son dos ejemplos fantásticos de escultura conservados de un modo insólito.
Medusa es la representación de un monstruo de la mitología grieta, un rostro femenino que convertía en piedra a quien lo mirara. Este monstruo fue decapitado por Perseo, quien utilizaba esta cabeza como un arma. Por tradición, estas cabezas de Medusa con cabellos de serpientes tenían el poder de proteger edificios importante. Emplazadas incluso en posiciones bastante ilógicas, estas esculturas estuvieron por siglos bajo el agua de la cisterna. Hoy son uno de sus símbolos y puntos más fotografiados.
Horario de Sisterna Basílica
En mi caso hice la visita en horario de invierno (aunque estoy casi seguro que este horario es el mismo todo el año). Abre los siete días de la semana desde las 9:00 hasta las 17:00 horas.
Precio
El precio de la entrada actual es de 5 liras para estudiantes, y 20 liras para visitantes adultos. Aunque mi recomendación es que miren datos actualizados en la web oficial de Yerebatan. Lo digo ya que no siempre la moneda de Turquía está estable y los precios pueden ir cambiando lentamente.
Ubicación de la Cisterna
La Cisterna Basílica se encuentra justo al lado de la iglesia Santa Sofía. Aunque probablemente con todo lo que hay por ver y hacer en Estambul, será difícil visitar todos los atractivos en esta área llena de edificios históricos en un solo día. Por ejemplo en un primer día podrían visitar Hagia Sofia, La mezquita Azul y la Cisterna Basílica, y un segundo día seguir con el Palacio Topkapi y el Gran Bazar.
La dirección exacta es Alemdar, Yerebatan Cd. 1/3, 34110 Fatih. En concreto Se encuentra a cien metros del actual Museo de Santa Sofía.
(*) Imágenes Matías Callone.
