Lo que verán en este post de Guimerá serán sobre todo imágenes de calles medievales, arquitectura rústica, pasajes y rincones con encanto. Guimerá es un destino que he visitado luego de recorrer pueblos con encanto de la provincia de Lleida. Y en mi caso, debo agregar que ha sido uno de los pueblos medievales más bonitos de ver en mucho tiempo (sin restarle mérito a Montfalcó Murallat, también en Lleida).
Y cuando digo calles y rincones rústicos pero con mucho encanto, me refiero calles así:
Imágenes Matías Callone
De hecho, luego de recorrer pueblos y lugares por provincias de Catalunya, me atrevo a decir que este poblado conserva uno de los núcleos antiguos más asombrosos que podríamos ver a un paso de Barcelona. Y tal vez hasta el más asombroso de toda Catalunya:
Hablamos de 128 kilómetros y casi dos horas de conducción para llegar desde Barcelona. Pero si consideramos que Guimerá se puede incluir en un itinerario por más pueblos con caracter y encanto, monasterios, castillos y paisajes de montaña en Lleida, no dudarán en que más que para una escapada, este paseo merece varios días.
Todo este paseo por la región con más detalle lo encontrarán en un nuevo post que les compartiré pronto en mi Instagram o en la página de Facebook del blog. Pero en este post quiero compartirles sobre todo la atmósfera y la belleza visual de las calles de Guimerá.
Este pueblo tiene actualmente unos 350 habitantes, que son mucho menos que los 1.400 habitantes que supo tener un siglo atrás. Este problema (pueblos que se quedan sin pobladores) afecta a gran parte de España (y de Europa). Por tanto es fácil imaginar que las calles de Guimerá serán silenciosas y más que tranquilas.
En esta toma se puede ver casi la totalidad de Guimerá: un pueblo que se asienta sobre el desnivel de una montaña. Por lo tanto sus calles van saldando esos desniveles convirtiendo el paisaje urbano en un pequeño laberinto con una abundante arquitectura rústica (utilizando materiales de roca del lugar). En lo más alto se ve la Iglesia de Santa María (o Iglesia de la Torre).
Si visitamos Guimerá, lo recomendable será aparcar en la parte baja junto a la carretera, para largarse a caminar y ascender por sus calles hasta la iglesia.
A nivel suelo (o calle), la mayoría de vías interiores del pueblo tienen pasajes, arcos, o hasta «túneles» a la sombra, acrecentando la sensación de estar en un sitio único (y muy bien conservado).
Y siendo que el pueblo no es muy grande ni extenso, seguramente tardaremos en llegar a lo más alto ya que no podremos resistir a caminar una y otra calle que se asome en nuestro recorrido.
Una vez en ascenso, si miramos hacia abajo apreciaremos el entorno rural a modo de pequeño valle.
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Pero por momentos, no tendremos oportunidad mas que mirar las fachadas de las casas, ya que pasaremos por auténticos túneles medievales:
Nuevamente retorno a las vistas desde abajo, una panorámica de las casas, la torre y murallas en lo alto:
Podrán notar que he disfrutado haciendo fotos y fotos de sus calles y pasajes. Por momentos encontraremos esa arquitectura «demasiado rústica», o incluso en apariencia «descuidada». Sin embargo visitar este pueblo es la oportunidad de conocer un sitio auténtico y poco o casi nada restaurado como otros pueblos medievales famosos en Catalunya. Muchas veces las restauraciones terminan borrando las huellas del paso del tiempo, y en mi opinión pueden ser intervenciones desacertadas. No es el caso de Guimerá:
Guimerá se siente más auténtico por estar en un estado «natural». Muchas casas están ocupadas, pero muchas otras están vacías, en su mayoría en manos de familias que se han marchado pero las conservan como segundas residencias. Otras directamente o están abandonadas, o con el cartel de «en venta». Si visitamos en días de semana, será poco el movimiento que podamos detectar.
En días de fin de semana, algunos turistas llegan hasta Guimerá y animan en parte las calles del pueblo.
¿Pero que más da si el pueblo está silencioso?. La belleza de sus calles compensan demasiado.
Si la parte baja del pueblo es la más moderna en cuanto a su construcción, la parte más alta es la más antigua, la que acumula más historias en las ruinas de su castillo, su muralla o su iglesia. Y además, la que brinda las vistas mas panorámicas a los paisajes de la comarca del Urgell.
Como muchos pueblos del extrarradio de Barcelona, Guimerá celebra un festival para conmemorar los tiempos medievales. En la segunda semana de agosto se celebra el Mercado Medieval de Guimerá, con degustaciones, recreaciones y espectáculos alusivos a esos tiempos.
Por mi parte me resisto a indicarles un recorrido en especial para caminar el pueblo: simplemente intenten perderse en sus calles buscando subir hasta la iglesia, sigan su curiosidad invitados por la singularidad de sus calles con cierto misterio. Guimerá será sin duda una de las mejores visitas si buscan pueblos con encanto en Catalunya.
(*) Todas las imágenes pertenecen a Matías Callone y están bajo licencia Creative Commons. / La visita a Guimerá fue parte de un viaje organizado por la Agencia Catalana de Turismo siguiendo una ruta por pueblos con carácter y encanto.
Me enamoran los pueblos medievales. Voy a visitar algunos en junio, siguiendo tus consejos, sé que me dejarán con sabor a más. Gracias!!!
Hola Susana, son muy preciosos los pueblos medievales que hay en torno a Barcelona, vale mucho la pena conocer 🙂
Hola. Me gusta tu blog.
Espero que algún día vayas a Kazajistán. Me gustaría leer tus impresiones en mi idioma. Saludos desde Chile.
Hola Diamelly, interesante todo país que suene a algo tan distante en todo sentido, algún día 🙂