En la isla más poblada de las Eolias existe una playa bañadas por aguas de un inusual color azul.
Vale aclarar que las imágenes no están retocadas para modificar los tonos. Lo que sucede es que en la zona del pueblo costero de Porticello, existen canteras naturales de piedra pómez que directamente caen al mar. Antiguamente eran explotadas como canteras mineras, pero hoy esas minas están abandonadas, y los sedimentos y piedras de esta piedra terminan dando ese particular color al mar. Esto sucede sobre todo en la llamada Playa Blanca.
La isla de Lípari es la más famosa, la más poblada y visitada de las Islas Eolias. En su casco antiguo cuenta con una acrópolis amurallada, donde hoy se encuentra una catedral, y en torno a las murallas un hermoso pueblo (con mucho movimiento turístico) junto a un pequeño puerto.
Una vez nos largamos a recorrer la isla, encontraremos paisajes volcánicos erosionados de un modo abrupto, y pequeños pueblos junto a las zonas de playa.
Pero en ningún punto de la isla encontraremos un color azul tan singular como en la parte de Spiaggia Bianca.
Tan azul como esto:
Y con estos tonos en la orilla:
Claro que no habría que ir a Lípari solo para ver esta playa con sus canteras de obsidiana y pómez. También hay otros atractivos como la Marina de la ciudad de Lípari, la Acrópolis y el recinto amurallado con su catedral y castillo.
Paseos en Lípari.
Y si hablamos de paseos, uno de los más usuales es dar la vuelta completa a la isla siguiendo la carretera panorámica. Muchos eligen hacerla en coche, pero también es posible en moto o en bicicleta. En este trayecto descubriremos miradores y pequeños senderos, pero sobre todo playas como la de Canneto, la de Porticello y la de Acquacalda.
Lípari es una posible base en las Eolias, un punto desde donde largarse a explorar las otras islas, o disfrutar de esos atardeceres tan especiales de la zona. Pero no habrá como sus playas y colores azules para llevarse grabados en la retina.
