Ojén es un pueblo blanco que está muy cerca de Marbella. Y por tanto es una de las escapadas que podrías hacer recorriendo la Costa del Sol desde esta ciudad.
Imagen Matías Callone (*)
Cuando exploras la Costa del Sol, notarás rápidamente que sobre la costa se suceden urbanizaciones una tras otras. Cuando desvías hacia el interior, sobre las laderas de montaña que miran al mar se suceden pueblos blancos que salpican el verde de los olivares. Un ejemplo es Mijas Pueblo, recientemente reseñado. Ojén es el mejor ejemplo cerca de Marbella (a apenas unos 20 minutos o unos ocho kilómetros).
Desde la ciudad costera, en poco te internas en ascenso en el paisaje de montaña hasta divisar a Ojén sobre el verde de una ladera. Está emplazado sobre un camino interior que antiguamente enlazaba con Málaga.
Se trata de un pequeño paraíso de montaña en la Sierra Blanca junto a un arroyo que alimenta fuentes en el corazón de la ciudad.
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Ojén es la alternativa de interior a la playa, y uno de los paisajes urbanos más bonitos que ver en la provincia de Málaga. Cuando caminas por sus calles es notable que como muchos de los pueblos del interior, el trazado y aspecto del casco histórico es de origen morisco.
Pero sobre todo es sumamente pintoresco con sus desniveles, fachadas encaladas, y su aspecto:
Ojén está cerca de la playa, y posee parajes de belleza natural a su alrededor con un ambiente más distendido que las ciudades costeras. Siendo un pueblo pequeño, se recorre en una mañana. Pero la recomendación de visitarlo es sobre todo para sentir el contraste de la costa con la tranquilidad del interior, además de revivir el ambiente típico de los pueblos andaluces.
Qué ver en Ojén
Ojén siendo pequeño posee un patrimonio interesante pero fácil de recorrer en no mucho tiempo. Su Iglesia, el Museo del Molino de Aceite (con maquinarias originales de una de las actividades económicas más usuales de Andalucía) y el Museo del Vino, situado en una antigua destilería de aguardiente son algunas de las visitas posibles.
Pero sobre todo Ojén es para sentarse a disfrutar del aire de montaña y costa en algunas de sus mesas al aire libre y observar la vida del pueblo y su encanto. También hay unas cuevas curiosas que se pueden visitar, formaciones de origen kárstico que también desde allí ofrecen una bonita vista al pueblo y al mar.
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación está construida sobre la antigua mezquita, y es una de las construcciones más notables del pueblo.
(*) Todas las imágenes pertenecen a Matías Callone bajo licencia Creative Commons
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