Tortosa sorprende. En parte porque es una ciudad que no tiene la difusión de una «ciudad capital», y sin embargo, por la dimensión de sus edificios históricos es evidente que la historia aquí tuvo buenos episodios que contar (como ciudad de peso y estratégica sobre el río Ebro): hay fortalezas imponentes en el punto más estratégico de la ciudad, kilómetros de murallas, una catedral que protagoniza las vistas junto al río, y un casco histórico que lucha por darse a conocer con su esplendor recuperado en forma de restauraciones en proceso (y en proyecto).
Imágenes (*) Matías Callone
(Foto: Una vista de la catedral y la fortaleza desde una orilla del Ebro)
La historia ha dejado también huella de conflictos, pero en Tortosa predominan en su casco antiguo los vestigios de gloria y esplendor que hoy asombran (y merecen asombrar a más visitantes). Todo ello a poco de Barcelona (otra razón para ir a Barcelona, pero también para salir a explorar en los alrededores y conocer Tortosa, o más sitios como Reus y su casco histórico lleno de joyas modernistas, o Miravet y su castillo templario, una opción tan cercana a Tortosa entre otras).
Tortosa es también una buena colección de edificios modernistas, parques y jardines, museos y paseos junto al río, en un punto donde históricamente convivieron tres grandes culturas y religiones: la cristiana, la musulmana y la judía. De las tres culturas es posible admirar su legado en forma de edificios notables, fortalezas, o inclusos barrios (como la judería).
Qué ver en Tortosa
Para empezar, caminar por el casco antiguo de Tortosa nos regalará vistas como estas:
Tortosa es un despliegue de murallas de distintos períodos y fortificaciones (de Tenasses, de Orleans, del Sitjar) además de torres y el imponente Castillo de la Zuda del tiempo andalusí. Este monumento está declarado como Bien Cultural de Interés Nacional (allí funciona el Parador de Turismo de Tortosa). Pero una vez bajamos a nivel de calle (o nivel del río Ebro) el casco antiguo nos lleva por un paseo lleno de edificios de distintas épocas, yendo desde joyas medievales hasta algunos más recientes, de interesante estilo modernista hasta la arquitectura contemporánea.
Pero una vez nos acercamos a la fachada de la Basílica-Catedral de Santa María, nos quedaremos sin habla por sus dimensiones (y aun más con el estilo y decoración en sus exteriores e interiores):
La Catedral de Tortosa es una visita ineludible, un monumento que requiere varias horas para conocerse al completo ya que es un conjunto religioso que va mucho más allá de la catedral sumando sus edificios anexos. La demora en su construcción (más de cuatro siglos) explica la variedad de estilos: por ejemplo es curioso que su interior sea gótico, mientras que su fachada exterior es barroca, toda una muestra de la evolución arquitectónica siglo a siglo.
La recomendación es caminar sus alrededores (y visitar sus interiores) y el complejo de museos y exposiciones aledaños: una colección de arte de nueve siglos, o el coro del siglo XVI son algunas de sus joyas. La Catedral es sede de un obispado con alcance a las provincias de Tarragona, Castellón y Teruel.
El edificio de la catedral es gótico (iniciado en 1347) y los exteriores fueron terminados con su estilo barroco en 1757 mientras que la catedral fue consagrada en el año 1441 y el título de Basílica fue concedido en el año 1931. Siempre resulta difícil reflejar la dimensión de catedrales como la de Tortosa en imágenes (es un sitio de esos que hay que ver y recorrer con la miraday cuerpo para sentir lo imponente de sus espacios sobrecogedores).
Dentro del templo, hay numerosas capillas. Entre ellas destaca la Capilla de la Virgen de la Cinta, una obra de esplendor barroco y de grandes dimensiones. La decoración de la bóveda de cañón o su gran cúpula, son algunos de los detalles que no perderse. Esta capilla fue construida a partir de 1672 y es un derroche artístico.
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Volviendo a las fachadas exteriores, la cara principal fue diseñada varios siglos después del comienzo de la obra de la catedral, y por lo tanto fue desarrollada bajo los preceptos del barroco. Aunque salta a la vista que en la parte superior la obra está inacabada, ya que se ha realizado hasta el segundo nivel de cinco proyectados (además de no terminarse las dos torres de 61 metros de alto en cada lado). Nada quita su belleza grandilocuente.
En una visita a la Catedral también tendremos acceso al claustro del siglo XIII y sus galerías, la antigua canónica y el archivo capitular, los túneles subterráneos construidos en la Guerra Civil española, y el importante tesoro catedralicio (con una exposición permanente de piezas de gran valor artístico e histórico).
Para contrastes arquitectónicos, una vez salimos del complejo religioso de la Catedral, es fácil encontrarse con edificios modernistas de exquisita belleza en pleno casco histórico.
El Renacimiento catalán en Tortosa.
Y tampoco es difícil encontrar y visitar otras joyas arquitectónicas e históricas. Por ejemplo, en Tortosa se encuentran los Reales Colegios fundados por Carlos V, con estilo renacentista y tres edificios notables: el Colegio de San Jaime y San Matías, el Colegio de San Jorge y San Domingo, y la iglesia de San Domingo. Por estos edificios es que Tortosa también se conoce como la ciudad del Renacimiento Catalán.
Esta variedad de edificios, y sobre todo, vestigios de esplendor en la ciudad, son posibles de ver en pocos metros de distancia y breves caminatas. También encontraremos iglesias en ruinas tras el traumático paso de bombardeos durante la Guerra Civil, un episodio que en el casco antiguo aún no termina de cicatrizar.
El Museo de Tortosa, funciona en una de las mejores joyas modernistas de la ciudad, además de la oficina de información turística: un edificios del arquitecto Pau Monguió i Segura inaugurado en el año 1908 diseñado para ser el antiguo matadero. Lo puedes encontrar en cercanías de la catedral y en terrenos ganados al río Ebro.
Otro ejemplo modernista puede ser el Mercado Municipal, o casas y edificaciones como las de Grego, Bau, Brunet entre otras dispersas por la ciudad.
Hacia las murallas se pueden encontrar paseos preciosos en parques y jardines junto a las murallas. Uno de estos paseos son los Jardines del Príncipe, un espacio verde con museo y obras al aire libre de realización contemporánea bajo la firma del artista Santiago de Santiago. Están al pie del castillo de la Zuda.
La escultura central de los jardines se eleva a varios metros de altura: se llama La lucha de la Humanidad, un monolito de cuerpos humanos.
Tortosa también es una buena opción para hacer base y explorar la naturaleza protegida del entorno en dos parques naturales: el macizo de Els Ports, y todo el Delta del Ebro con cantidad de actividades.
Mi paso con Tortosa (**) termina siendo acelerado (en cuanto a tiempo) para la cantidad de atractivos por ver, algo que suele suceder en los viajes pero que en esta ciudad se acrecienta por la riqueza histórica: un punto recomendado para sumar en el mapa de los viajes potenciales por el pasado de Catalunya y sus ciudades con carácter imprescindibles.
(*) Todas las imágenes pertenecen a Matías Callone bajo licencia Creative Commons
(**) La visita a la ciudad de Tortosa fue parte de un viaje organizado por la Agencia Catalana de Turismo en conjunto con el Patronato de Turismo de Reus.
