Es apenas un puñado de casas sobre una colina. Se llama Cucugnan (tan pequeño como bonito) y se encuentra en el departamento francés de Aude, región de Laguedoc-Rosellón. En la ciudad hay poco más que un antiguo molino de harina (que se gana muchas fotos), una iglesia románica, y en cercanías otras atracciones como el Castillo de Quéribus o el de Peyrepertuse, algunos de los que integran la ruta de los castillos cátaros.
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No se trata de un pueblo estrictamente medieval, ya que a fines del siglo XV el pueblo fue destruido, para ser reconstruido posteriormente. Sin embargo, el encanto es lo que se ha conservado con sus calles tranquilas y casas bajas de tejados rojizos emplazados sobre una colina y suelo rocoso:
En el mapa puedes ver la ubicación de Cucugnan, una muy buena opción para ver cerca de Perpignan y relativamente cerca de la frontera con España: