El nombre de este archipiélago francés no es reconocido, porque (afortunadamente) no hay ciudades que crezcan de un modo explosivo en sus islas. Y la misma isla, es apenas conocida (aunque no tanto para los franceses, pero sí en el resto de Europa). Un auténtico reducto en el Mediterráneo de aquellos que nos gusta mostrar desde el blog por ser apartados y sorprendentes por lo bonito y bien conservado. La isla principal se llama Porquerolles, y allí hay un único pueblo donde viven unas 200 personas en un espacio que hoy es un Parque Nacional y área protegida de Francia, donde encontraremos vistas inmejorables como esta:
La isla es pequeña, tiene apenas 7 kilómetros de largo por 3 de ancho y es la más grande del reducido archipiélago de las Hyéres, entre Marsella y Cannes. Está situada en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, al sureste de Francia y es una recomendada excursión para hacer. La mayor parte de la superficie y el entorno marino fue comprado por el estado Francés hace unos 40 años para convertirlo en un parque nacional.
En sus costas se suceden varias playas pequeñas, pero una de ellas, bien podría ser una de las mejores de Francia y del Mediterráneo. Se llama playa Notre Dame, y es una extensa bahía con aguas turquesa y mucha vegetación, completamente inalterada sobre la costa norte. De hecho, hasta podría parecer en algunos rincones una isla perdida y desierta.
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Las mejores fechas para conocer Porquerolles son fuera de la temporada alta de verano, especialmente en mayo, junio y septiembre cuando la vegetación está esplendorosa y hay menos visitantes. Para llegar, una empresa de ferrys (TLV) ofrece el servicios de cruce a la isla desde La Tour Fondue por unos 20 euros. En la isla hay sitios donde alojarse, restaurantes, pero no hay vehículos a motor. Solo se puede utilizar bicicletas (de alquiler), una de las mejores opciones para recorrer cada rincón.