En las primeras imágenes vemos una cascada que aunque bonita, podría entrar en los parámetros normales de un paisaje accidentado en cualquier parte del mundo.
Ahora bien, podemos observar en otra imagen lo que sucede en esta cascada llamada Cameron cuando el torrente aumenta después de una copiosa lluvia torrencial. Literalmente el agua se vuelve de color rosa:
La naturaleza nos puede sorprender, pero siempre hay una explicación para todo: no se trata de un efecto «Photoshop», ni de un río contaminado por aguas industriales (algo impensado tratándose de un Parque Nacional canadiense llamado Lagos Waterton, en un área protegida). Lo que sucede es pura responsabilidad de de un sedimento arcilloso, presente en las rocas del terreno.
Cuando la lluvia abundante erosiona las rocas, y la luz se refleja, este mineral convierte el torrente en un hermoso río (y cascada) en color rojo-rosa. De hecho, dentro del mismo parque nacional hay un atractivo que es un cañón de no gran altura, con piedras en color rojo. Por su parte, la cascada Cameron es un punto buscado por los fotógrafos, aunque encontrar el día de lluvia en que tiene su particular color rosado es un poco impredecible.