Unos años antes, Jacques Cousteau después de bucear por por el entorno de las islas Sipadan (en 1989) se refirió al lugar como «una obra de arte sin tocar». Tiempo después un grupo de buceadores exploraban una de las regiones más inalteradas del planeta, y se encontraron en una cueva submarina con algo sorprendente: una auténtica tumba con cantidad de restos óseos de tortugas marinas. El hallazgo disparó primero la teoría de que se había encontrado una especie de cementerio, un lugar escondido donde las tortugas acudían a morir en secreto. Sin embargo, al poco tiempo de investigar se supo que las tortugas marinas no acudían allí para morir, sino que caían en una auténtica trampa natural en la que quedaban atrapadas.
Imagen de Samuel Chow (la entrada a la tumba de las tortugas y una advertencia al entrar, solo para buceadores experimentados y conocedores)
En este rincón del Mar de Celebes, las tortugas se internan en la cueva probablemente buscando un sitio de descanso. Pero sin saberlo se internan en una especie de laberinto que comunica varias cavernas debajo de la isla de Sipadan, y al no saber como salir una vez en medio de la oscuridad, las tortugas han tenido un inesperado final. Hoy es un punto de buceo legendario a unos 20 metros de profundidad. En el vídeo se puede observar la cueva y los restos de tortugas:
En total son dos bóvedas en donde se pueden observar numerosos restos de tortugas que murieron ahogadas al no poder encontrar la salida y retornar a superficie.
Hermoso e interesante lugar. Buen video y fondo musical de Nigthwish. ¡Saludos!