Las fotos de éste lugar, en algo me recuerdan al recorrido por la ciudad de Petra, solo en parte. Para empezar, montañas en un área desértica, talladas con tumbas imponentes que se destacan sobre paredes acantiladas.
Se llaman Naqsh-e Rustam, y son parte de un sitio arqueológico, una necrópolis de los reyes aqueménidas en la antigua Persia. Las cuatro tumbas se encuentran a pocos kilómetros de Persépolis, la capital imperial que hoy exhibe sus ruinas aún grandilocuentes. La dinastía queménica gobernó el Imperio Persa y éstas tumbas, son una muestra de su poderío y del tipo de arquitectura funeraria. Las enormes estructuras están talladas en la piedra de la montaña, y guardan sepultura a monarcas aqueménidos de Persia, como Darío I, Artejerjes I, y Darío II. En el lugar, también hay algunas tumbas inconclusas, todas con su particular forma de cruz. Curiosamente, las tumbas terminadas, se asemejan en escala y dimensiones a los palacios de los monarcas sepultados, como si fueran una descripción de su morada terrenal.
Amir Hussain Zolfaghary (via Wikimedia)
Por su parte, frente a las tumbas también hay una estructura cúbica de 12 metros de altura y siete metros de ancho, con aberturas semejante a ventanas, escaleras, y un interior completamente vacío. Su función todavía es un enigma. Lamentablemente, las tumbas fueron saqueadas por Alejandro Magno tras la conquista del imperio aqueménida. Pero nada de su majestuosidad y escala se ha negado al presente, en un país que en términos turísticos y en valor cultural e histórico es un diamante en bruto.
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Excelente entrada! es alucinante lo que hacían, la forma de tallar la piedra y los diferentes significados de cada cosa, espectacular!
Es increíble como son capaces nuestros antepasados de construir estas cosas tan bonitas, tan bien detalladas. Eran magníficos, muy grandes; antiguos pero mejores que el ahora.