En el valle de Blavet y junto al río del que toma el nombre, se encuentra una pequeña y curiosa capilla situada en un lugar bastante particular: una enorme roca de granito que parece aplastarla. La Iglesia de St. Gildas toma el nombre de un predicador irlandés del siglo VI, que se dice, vivió en la base de la roca, en lo que antes era una cueva que hacía de refugio. Esta curiosa construcción es otra de las atracciones de una región como Bretaña, en Francia.
La capilla construida en honor a los predicadores está abierta al público cada tarde, y es una de tantas en una región que suma 26 capillas en total en todo el valle, muchas de ellas, convertidas cada año en el telón de fondo de una exposición de arte contemporáneo en crecimiento. Tal vez otra de las candidatas a integrarse a la lista de construcciones curiosas en lugares inverosímiles.
Muy bonito! Francia es un gran país y muy bello.
(P.D.: pero creo que no es grantio, parece caliza…)