Fueron miles de años de erosión del curso de agua Torrent de Pareis, que atravesando la Sierra de Tramontana se encuentra con el mar en un rincón de costa de la isla de Mallorca. Pero lo hace de un modo especial. En su último tramo, el Torrent de Pareis atraviesa un lecho de cantos rodados hasta desembocar en un mar azul intenso y transparente, todo entre acantilados que alcanzan los 200 metros de caída. Se llama cala de Sa Calobra, un espacio estrecho, de apenas 25 metros de playa de cantos rodados entre los acantilados.
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Sa Calobra es una playa que se ve rústica, y no tiene intervención, un rincón al que gustan llegar numerosas embarcaciones partiendo desde Soller, para pasar un día de verano; o numerosos bañistas que llegan por tierra luego de atravesar un sinuoso camino. De hecho, desde la ciudad de Palma, la carretera suma más de ochocientas curvas incluyendo un famoso giro conocido como Nudo de Corbata.
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El premio luego de la travesía, será llegar hasta Cala Sa Calobra luego de un último recorrido a pie a lo largo de 300 metros al pie de los acantilados, incluyendo un trayecto por un túnel. El resto será disfrutar del sol y de un chapuzón en un rincón del Mediterráneo que una vez más, parece una piscina. Claro que si queremos encontrar un espacio tranquilo y despojado de gente, será mejor no programar la visita en el mes de agosto.
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