Conques, otro de los pueblos que deberíamos sumar a la lista de comunidades francesas que tienen el aspecto de la escenografía de un cuento. Y es que Francia en general, nos tiene acostumbrados a éstas gratas sorpresas visuales con sus regiones completas tan pintorescas, o valles donde los pueblos parecen colgados. Conques está en el departamento de Aveyron, en un valle entre verdes montañas, aunque más famoso por ser un centro de peregrinación a su Abadía de Sainte Foy, como parte del Camino francés de Santiago.
De hecho, a pesar de que apenas cuenta con unos 300 habitantes, lo que sobresale entre el pintoresco caserío es la propia Abadía, incluso desproporcionada en cuanto al tamaño en relación al pueblo. Conques se ve idílico desde lejos, y también a través de sus calles. Sus fachadas y calles empedradas estrechas, sus techos de pizarra negra, su tranquilidad, y el entorno verde, la convierten en una postal desde cualquier ángulo en una completa armonía con todo lo que le rodea.
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Conques se encuentra en la confluencia de los ríos Dourdou y Ouche sobre una colina, por lo que el paso de grandes vehículos está vedado en el centro histórico. Lo mejor es recorrer ésta joya medieval a pie, especialmente en las tardes que son animadas.