En los Alpes dentro de la región de Provenza, se encuentra un pueblo pintoresco junto a una roca con “pliegues” llamado Sisteron. Se trata de esos rincones mágicos que guarda el mundo para que los viajeros se dejen encantar y atraer, sin prestar resistencia alguna.
Son 8000 las personas que viven en este puñado de bellas edificaciones que se desparraman en torno a la roca con “pliegues”. El marco perfecto se completa con el río Duranza que pasa a los pies de las casas, y todo a una altura de 485 m sobre el nivel del mar.
La zona tiene más siglos de historia de los que puede aparentar y los diferentes descubrimientos arqueológicos lo han ido confirmando. Además, Sisteron forma parte del Camino de Napoleón (Route Napoléon) que el mismísimo emperador trazó a su regreso de la Isla de Elba. Como verán, se trata de un lugar que encierra mucho por descubrir.
Pasear por Sisteron implica ir asimilando sus muchos edificios y detenerse para apreciar uno de los más importantes: la Catedral de la ciudadela, que data del siglo XII, y está dedicada a la Virgen María y a San Thyrsus.
En tu itinerario, anota pasar por alguno (o todos) de sus tres museos: el de la Ciudadela, el Baden-Powell Scout y el Musée Terre & Temps (que lleva en un recorrido por la tierra y de cómo se medía el tiempo a través de la historia.) Entre lo que un turista que se precie debe hacer aquí tampoco olvides ir por los campos que rodean Sisteron, por ejemplo Veumeilh, La Motte du Caire y el Chateau Arnoux Saint Auban, el último es el lugar ideal para practicar deportes acuáticos.
Tampoco hay que perderse el festival anual que se realiza en verano con muchas actividades muy entretenidas para disfrutar. Otro buen momento para vivir y sentir el pulso de Sisteron es ir a los mercados de los miércoles. Todo el encanto de este pueblo en medio de rocas y río está a muy fácil acceso por la autopista A51 o bien tomando el tren desde Marsella hasta Briancon y Grenoble.