Podríamos decir que son muchas las clases de paraíso que existen en la Tierra. Estoy segura que estarán de acuerdo conmigo en que las Cascadas de agua azul, en México, son uno de ellos.
Eduardo Robles Pacheco (Imágenes via Flikr bajo licencia Creative Commons)
Estas cascadas fueron declaradas Reserva especial de la Biosfera para lograr proteger este área que, basta mirarlo, para entender la importancia del ecosistema que encierra. Los afluentes del río Otulún, Shumuljá y Tulijá se unen para formar esta caída de agua tan particular por su tonalidad.
El flujo azulino cae desde acantilados verticales vertiéndose sobre cañones no muy profundos. Si vas a México, recuerda que tienes que llegar hasta Chiapas, más específicamente en la ciudad de Palenque, para poder refrescarte en estas aguas turquesas que parecen un sueño perfecto.
Este singular color es creado por la presencia de sales de carbonatos. La belleza del lugar se potencia en el contraste con la vegetación selvática de montaña, que con su suntuosidad abriga el paisaje. No te asombres de ver troncos de árboles caídos petrificados, pues algo muy común en este sitio.
Esta perla de agua y vegetación no se deja ver fácilmente: es preferible que tomes un guía turístico porque, además que el viaje es algo largo (3 horas) no llegarás sin ayuda. Siendo uno de los lugares más bellos en México, no dejes de visitarlo.
En el corazón de la Selva Lacandona, esta maravilla natural y única, es todo lo que un viajero pueda esperar del paraíso terreno. Si bien en una hora puedes llevarte una idea bastante buena de todo lo maravilloso que tienen las Cascadas de agua azul, lo mejor es que vayas sin ataduras para poder quedarte cuanto quieras y realmente llegar a sentir el lugar despaciosamente, con todos los sentidos. Por supuesto, no dejes de llevar tu traje de baño para que el disfrute sea total.
