Éste es un camino increíble (o la razón por la que me gusta viajar)

Yo creo que en cada foto lo van a ver. O mejor, lo van a entender: la razón por la que me gusta viajar. Podría empezar por contarles de que es un recorrido por la provincia de Salta, una ruta que une la ciudad de Salta con el poblado de Cachi en el norte de Argentina. Pero no me voy a concentrar en eso, les voy a contar lo que es un camino increíble que explica la razón por la que me gusta viajar.

Todos los paisajes que van a ver se pueden ver todos juntos en apenas unas horas. Incluso el pequeño pueblo «perdido» que sale en algunas fotos (Cachi). Imaginen todo ésto, todo éste zapping paisajístico  compactado en apenas unas horas. Primero empieza el paseo con un tramo de yunga (o selva andina), siempre en caminos polvorientos. Pero en pocos minutos todo cambia, y en nada, todo vuelve a cambiar. Y viendo las fotos parece que estuvimos en varios viajes distintos, y resulta que no, que es todo un “pequeño trayecto” en una misma región.

Yungas, montañas coloradas custodiadas por cóndores, una recta interminable entre un “mar” de cardones (el Parque Nacional los Cardones, que no hay que confundir con cactus)….Después, una cuesta de montaña que parece eternamente envuelta por las nubes, y un camino serpenteante que asciende dando mil curvas (La cuesta del Obispo), hasta alcanzar La Piedra del Molino (punto panorámico) a 3.340 msnm.

Y el camino llega a su punto alto hasta que vuelve a descender, y entonces, donde parece que no puede haber nada, aparece un pueblo perdido, pintado de blanco, con calles también polvorientas (Cachi).

Todo eso es un camino increíble y es la razón por la que me atrapa viajar. Cuando descubrís esos caminos que te sacan del mundo donde parece que no hay nada por descubrir, o que no queda nada que no esté «civilizado», caminos por parajes desolados y donde siempre hay algo por conocer más adelante, entonces te atrapa viajar. Es entonces cuando pensás que el mundo, debe estar lleno de esos caminos, que te sorprenden mostrándote algo que nunca antes habías visto, nunca antes en esas formas, con esas texturas o colores. Nunca con esas variantes. Sucedió en Salta, en una provincia al norte de Argentina, pero tal vez podría pasar en tantos otros caminos.

Caminos que te permiten alguna foto haciendo alguna tontería, porque no pasa nadie, porque si se apagan los motores, todo vuelve a ser como siempre fue cuando no había un camino.

Caminos donde podés detenerte, y a lo lejos, observar animales salvajes en grupos que van correteando (llamas, o alpacas, o burros…ya no correteando). Todos esos caminos invitan un viaje. ¿Se entiende por qué me gusta viajar?.

Esos paisajes y esos caminos, pueden ser el espejo donde te veas bien, aunque el viento te despeine, aunque haga frío, calor o aunque no viajes cómodo. Cuando todo eso es lo de menos, hiciste bien en recorrerlo.