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Que son las islas habitadas más septentrionales del mundo, que es un desierto helado donde seis de cada 10 kilómetros cuadrado llevan siglos bajo la nieve y el hielo; que el año sólo dura “un día y una noche”, pero cada una se extiende por seis meses; que los caminos tienen señales que anuncian el paso de osos polares. Que no existe la delincuencia, pero que todo residente tiene que tomar clases de tiro y casi todos van armados al desplazarse por el riesgo de un mal encuentro con un oso. Hace poco explorábamos en una selección de imágenes
una gigantesca isla helada al norte de Canadá. Hoy nos trasladamos virtualmente al norte de Europa para descubrir que las leyes naturales de
Svalbard no se parecen a nada que podamos conocer. Pero además, a pesar su situación geográfica, las islas gozan de un clima relativamente benévolo gracias a la corriente del Golfo, lo que deja lugar a algunas sorpresas:
claumoho
Alastair Rae
Svalbard, un archipiélago recluido en el Ártico, es una colección de curiosidades, en un territorio que aparenta no tener vida a simple vista y sin embargo está lejos de estar completamente desolado. En una de las ciudades de la isla, su nombre Longyearbyen es un curioso topónimo con un tinte de humor (una mezcla de inglés y noruego) que describe lo que puede significar vivir en el archipiélago: el lugar donde el año es muy largo. El tiempo parece transcurrir más lento.
Thomas Woodtli
Claumoho
Sus habitantes se definen como polárniks o polares, aunque en realidad, conviven en una inusual vecindad de rusos y noruegos, y en un territorio donde cualquiera puede instalarse sin necesitar visado ni permiso de residencia. Es un territorio en el que aparentemente, todos están invitados a llegar, y sin embargo, no llega casi nadie. Administradas por Noruega, aunque con bases rusas legalmente asentadas, Svalbard es un territorio inhóspito al que casi nadie llegaba por placer, hasta que en años recientes comienza a despuntar el turismo, que lentamente compite con la minería como la principal actividad económica.
Alastair Rae
Billy Lindblom
En Svalbard están presente todos los tipos y formas de glaciares, y el color blanco de la nieve y el hielo. Cuando llega el verano, en las zonas habitadas todo se vuelve barro. El archipiélago debería permanecer completamente helado todo el año, pero lo salva la corriente del Golfo. Entonces, la nieve desaparece en las partes más bajas y suaves de las islas y aparecen grandes extensiones de tundra salpicadas a veces de flores. Gracias a ello, es posible en una temporada de viajes entre junio y agosto, sorprendernos con vistas como éstas:
Alastair Rae
Llegar a Svalbard es bastante oneroso, y la forma más fácil de hacerlo es pasando por Noruega, por lo que a pesar de que en teoría no se necesita visado, si hay que pasar por los controles migratorios noruegos. Si la duda es si vale la pena, tal vez las siguientes imágenes sirvan para evaluarlo:
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Henning Grote
NASA
Magnus Hagdorn
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Alastair Rae
Stian Danenbarger
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Tony Brown
Alastair Rae
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Billy Lindblom
Magnus Hagdorn
froderamone
Billy Lindblom
Derecho de autor: Incredible Arctic via Shutterstock
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Se puede arribar a Svalbard por crucero (en temporada alta), o por avión, y una vez en el archipiélago desplazarse en motos de nieve (si el clima lo permite) o en avión y helicóptero entre las poblaciones y las islas. Observar osos polares es el tipo de excursión más habitual en la isla, aunque no es nada fácil encontrarlos ni está garantizado. De cualquier modo, es posible observar con grandeza la naturaleza del Ártico, con glaciares vírgenes, montañas y lugares donde observar caribúes, zorros polares, ballenas, focas y morsas. Siempre, realizando excursiones contratadas con guías profesionales. Incluso, para aventureros más experimentados, Svalbard es el punto de partida para excursiones al Polo Norte.
Más información para viajar a
Svalbard en Wikitravel
Excelente artículo. Me permito enlazarlo en mi próximo post.
Bueno , yo estuve en un viaje de expedición hace unos años en un velero con 20 personas más llegando al grado 80 y fue una experiencia inolvidable. La fuerza, el poder de la naturales en su estado más salvaje, es increíble.. Los paisajes, ese frío intenso desconocido, el sufrimiento en las excursiones, el encuentro con el gran oso polar, la sensación de paz absoluta.. Nunca lo olvidare.. Ojalá sepamos respetar la naturaleza para no perderla..
Es interesante que muestren fotos e información de este tipo de lugares ya que así podemos conocer lugares que no conocíamos, estas imágenes muestran como hay zonas que podemos visitar y así convivir con la naturaleza, y ya sea en verano o invierno hay bonitos paisajes.
Todos estos paisajes me recuerdan a Islandia y la fuerza que transmiten sus paisajes. No hay nada más bonito que la naturaleza en estado salvaje.
Por cierto, unas fotos preciosas.
Un saludo
Hace poco leíamos un post en ViajesPasado sobre Vladivostok y ahora hemos tenido la misma sensación: la de que hay lugares, más dentro que fuera de lo que todavía hoy, veremos por cuánto tiempo, conocemos como la Vieja Europa, que funcionan al margend el tiempo habitual… Incluso que son difíciles de situar en los mapas o entre los márgenes de las fronteras habituales… A nosotros nos dices Svalbard y necesariamente lo relacionamos con una pequeña aventurilla protagonizada por un oso blanco un poco hambriento! 😉