¡Italia!. No creo que mi apellido explique el porqué me sentí tan cómodo en ese país, porque sería simplificarlo. Para empezar, mi primer contacto con Italia al salir del metro en Roma fue en un lugar con gente apurada hacia un lado, gente apurada hacia el otro, afiches, pintadas en las paredes, un pintoresco caos organizado. Y ahí mismo lo pensé, estoy en Retiro (zona de trenes en Buenos Aires). Pero además, el tráfico, el bullicio de la gente, las formas de la gente, las cartas y el aroma de los restaurantes (pizza, pasta, helados). Casi como decir, que estaba en una especie de “argentina en donde se hablaba italiano”, aunque claro habría que pensarlo al revés.
Argentina evidentemente tiene un sello italiano marcadísimo, y la bella italia, con sus oleadas de inmigrantes ha dejado su huella que hace que todo en Italia me parezca familiar. Cada vez que estuve en Italia, me dije: “tengo que volver”…y al menos retorné dos veces, así que hay algo que me llama a explorarla. Pero lo que voy a contar en el post, no es tanto ninguna guía turística, sino pequeñas anécdotas, momentos, curiosidades, tips, cosas que sólo te pueden pasar en Italia:
1. Venecia no tiene metro
Yo también lo sabía , pero mejor les cuento la razón del título. En una de mis idas a España, me quedaban seis días antes de volver a Argentina. ¿Qué hacer para amortizar más la estadía?. La idea que ganó puntos fue: cuatro días en París, y dos día en Venecia. No me pregunten la razón del itinerario y los plazos, pero resultó así. A Venecia llegué por la mañana, y como caído en paracaídas. Digamos, sin leer ni informarme absolutamente de nada de lo importante, empezando por cómo desplazarme. Inconveniente uno: Venecia estaba con acqua alta por lo que había que caminar sobre tablones elevados (hasta llegué a pensar que había llovido demasiado :P).
Inconveniente dos: estaba a las puertas de Venecia, y mi hotel reservado estaba cerca de Plaza San Marcos. Sobre como llegar, lo intenté hacer simple: preguntar al primer italiano que se cruce en mi camino. Lo hice en un bar, en donde unos italianos muy divertidos me dijeron “¡pues caminando!, en Venecia no hay metro” (digamos que hoy me hace gracia recordarlo). Y así lo hice, caminando casi media hora, atravesando puentes y canales con un equipaje que se hizo más que pesado pesado (ningún equipe está diseñado para Venecia). De ser más simpáticos, los anfitriones del bar me podrían haber mencionado el vaporetto, la embarcación que funciona como transporte público en Venecia. Eso sí, el retorno en vaporetto al día siguiente fue glorioso.
2. Ir de un punto A a un punto B puede ser una W ( o mejor ir con GPS)
Hace ya dos años, hice la última incursión a Italia en un viaje con mi hermano, ésta vez en auto de alquiler, algo que no se repite muy seguido. Y debo decir, que hay que pensar seriamente en alquilar uno con GPS. La señalización en Italia me resultó sumamente confusa (o digamos, poco práctica), y por si fuera poco, el desplazarse dentro de las ciudades es sumamente complicado. Además de las zonas restringidas al tráfico, las ciudades históricas no permiten el ingreso en auto a las zonas más turísticas. Lo que hace que ir de un punto A a otro punto B sea toda una complicación (para el que no conoce, claro). A veces, no existe ninguna lógica, o digamos, para llegar al punto B terminabas en el punto M después de pasar por el punto Z. Lo que debería tomar unos diez minutos, podía demorar media hora. En todo caso, si el plan es tan sólo recorrer ciudades, recomiendo considerar el mejor medio de transporte: nuestras piernas.
3. Un vendedor malhumorado puede ser para filmar.
Escuché tantas veces historias de vendedores insistentes (o acosadores) en India, Marruecos, Egipto. Sin embargo, un italiano en particular podía competir para llevarse el título a vendedor más repelente que me crucé (en San Gimignano). Así lo presencié en un típico negocio turístico (casi en carne propia diría). Terminó a los gritos como invocando a que le compraran algo. Me alegro que haya sido una mala excepción a la regla, porque siempre me trataron muy bien en Italia. Pero al menos, fue la prueba de que la manía de cierta gente a maltratar al turista, es un mal bastante globalizado. Eso sí un italiano malhumorado tiene su propia identidad, un personaje que parecía sacado de una película…para filmarlo .
4. Avanzar puede ser muy complicado
Y volviendo al alquiler del coche, para recorrer la zona de Toscana, en Italia, grande fue mi sorpresa al comprobar que después de casi cinco días de cruzar ciudades (Pisa, Lucca, Florencia, Siena, y varios pueblos) apenas habíamos sumado algo más de 400 kilómetros de recorrido (o casi nada). En Italia, es tanto lo que hay para ver, la densidad de atractivos kilómetro a kilómetro es tan elevada, que es difícil avanzar, a menos que pasemos todo de largo. Italia es un país para dedicarle varias semanas (claro, en el caso de contar con tiempo), y no hace falta desplazarse demasiado para encontrar algo interesante que ver. Ni hablemos de ciudades como Roma o Florencia, donde para encontrar algo interesante que ver sólo hay que dar un paso o girar un poco la cabeza.
5. El remedio para todo es la pizza
Los argentinos conocemos bien el concepto de kiosco, ese tipo de comercio que abunda y que te saca del apuro, porque tienen de todo lo que uno se imagina, y si hay algo que no tienen, igual te venden algo parecido. En Italia, parece que cualquier apuro se resuelve con una pizza. Y para ello, hay pizzerias al paso, con una especie de barra libre en donde en cuestión de minutos el hambre queda resuelto. Y además, si lo que no hay es hambre, te lo despiertan con el tentador olor. En otro viaje por la zona de Toscana, no había problema que no se resolviera con pizza.
Este relato está buenisimo para contarlo con un cafecito
Yo estuve un par de meses por la madre patria (la mia por lo menos) y si me pasaron cosas muy similares.
Una cosa que recuerdo es estar en Roma y preguntarle a uno como llegar a tal lado. Saca un GPS y me muestra el mapa. Le pregunto de donde es (pensando que era de otra ciudad), me dice que es romano de nacimiento. jajajaja Me dijo que si un turista se pierde en Roma 4 o 5 veces al dia, el romano se pierde 1.
Si alguno va recomiendo tambien NO RENTAR auto para las ciudades. Por ejemplo en Roma, Milan y obviamente Venecia el auto no sirve. Lo mejor es el transporte publico: omnibus (bus), tranvia (tram), subterraneo (metropolitana) o el tren.
Buen artículo, respecto al punto número tres puedo dar fe.
Saludos.
Anduve por Roma hace un par de meses. Fijate que un policía (son todos re amables) le dió la vuelta a tu frase y nos dijo «los argentinos son italianos que hablan español».
Buen blog, te sigo hace un par de años ya.
Suerte!
Gracias Jose. Del acento no me doy cuenta, pero sí debe haber alguna tonada o algo, seguramente, saludos!
Muy buen articulo, los puntos 3 y 5 los pude comprobar en carne propia en mi breve viaje por Italia (Roma y Venecia), siempre se me antojo viajar en coche por este país, ojala algún día. Italia también me recordó a Argentina (país que no conozco), no por su estilo urbanístico, sino más bien por el acento de sus habitantes, que es increíblemente similar al de los Argentinos.
Saludos desde México.