Es ver esas casas de ladrillos y tejas subiendo hacia el cielo y caer bajo el hechizo que desprende este pueblo de cuentos en Francia. Aunque por muy idílico que parezca, es una ciudad y tiene nombre: Cordes o Cordes-sur-Ciel.
Para conocer esta joya medieval hay que llegar hasta el departamento de Tarn. Verás a Cordes sur Ciel brillando desde el monte, con sus cuatro murallas concéntricas que, siglos atrás, sirvieron para proteger estas calles angostas que corren laberínticamente en círculos.
Todo aquí tiene el valor histórico y el encanto de guardar siglos de vida puesto que Cordes Sur Ciel fue fundada en 1222. Para hacer foco en su pasado, una visita al primer recinto del siglo XIII, es de lo primero que recibe al viajero ya que se encuentra visible desde la cima del monte. Otra reliquia para no perderse es la iglesia de Sant Miquel, que cuenta con un campanario de lo más original y que fue construido en 1263. El pueblo fue fortificado en el siglo XIV y fueron modificadas en época del Renacimiento hasta tomar la apariencia que hoy vemos.
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Un lugar que resulta misterioso para lugareños –quienes aún se preguntan cómo fue hecho-, y por ende para quienes llegan a conocer este pueblo, es el pozo del Mercado, de más de 113 metros de profundidad impecablemente construido. Por eso, mejor no dejar de acercarse a apreciarlo. Al igual que el manuscrito en lengua occitana llamado las Suertes de los Apóstoles y que data del siglo XIII, una verdadera forma de atisbar al pasado, cuyo original que encuentras en la Biblioteca Nacional.
Hay que pasear por Cordes sur Ciel viendo las fachadas de las casas góticas tan ornamentadas con exquisitas esculturas prestando atención a la imagen del dragón, que se repite en cada rincón por ser el emblema de la ciudad, pero también de monstruos, grotescas figuras y bellos rostros, es una forma más que entretenida de pasar un jornada.
La mayor concentración de casas góticas está en la Grand Rue Raymond VII. Éstas fueron construidas por los mercaderes que se hicieron ricos vendiendo cueros y ropas y que no escatimaron en demostrar su riqueza en las fachadas de sus hogares. Las imperdibles son: La Mansión Grand Fauconnier, la Grand Ecuyer y la Grand Veneur.
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Les recomendamos dos formas de llegar a la vieja ciudad: a pie o en tren. Para llegar a la cima de Cordes sur Ciel puedes a pie puedes subir por la Grand Rue de l’Horloge. Lo mejor de este camino es que puedes parar en los estudios de artistas y artesanos para deleitare con sus obras. Eso sí, las calles son desparejas y empinadas, así que no olvides llevar calzado adecuado. Si quieres llegar mediante el tren turístico puedes hacerlo si viajas desde el 1 de marzo al 30 de noviembre. Sale cada treinta minutos y tiene 4 horarios diarios. Lo llaman el “Tren Petit” porque sólo pueden viajar 20 personas en tres vagones.
Pueblo pintoresco donde hay tres mercados que puedes visitar: el mercado semanal, cada sábado en la Place de la Bouteillerie por la mañana puedes comprar artesanías, libros y ropa; el maravilloso mercado de trufas sólo en época de cosecha (entre mediados de diciembre y mediados de febrero) y los mercados nocturnos, una cita imperdible de verano, donde se dan cita productores y artesanos ofreciendo sus productos de la más alta calidad.
También Cordes sur Ciel tiene una agenda de festivales muy nutrida, museos, gastronomía y todo los complementos que, junto con su fisonomía de cuentos, vuelven a este pueblo en un destino soñado para el turismo.
Auapa ahi!!! yo estuve hace 4 meses. Es cierto que es un país impresionate e inigualable en belleza y tranquilidad,tanto que hubo momentos que conduciendo por sus carreteras no me encontré ningún coche en 3 horas y ya es decir. Pero hay que destacar algunos puntos. Uno de ellos y bastante importante es que se ceban con las multas a los turistas que en cualquier otro país no te las pondrían. En mi caso me han llegado a casa 9 multas algunas de ellas por pisar la línea continua del arcén y un coche patruya salió como loco con los pirulos detrás mío y no me pego 3 tiros, no se ni por que. Y además hay que destacar que un país bastante caro,simplemente. 2 filetes comprados en un súper da igual que parte de la vaca sea. No bajaba de los 14euros (eso si,una carne cojonuda, no he comido cosa igual en mi vida) y un paquete da patas 3 euros. pero e fin no os desaniméis. Dejando aparte estas cuestiones es un sitio que merece la pena visitar.Cuidado con los Keas!!!
un saludo
un fan de NZ.
PD: a día de hoy no he pagado ninguna multa ni pienso pagarlas.
Aio MUTILAk
Si necesitáis consejos este es mi e-Mail:josi3d@yahoo.es
Este pueblo es una maravilla.
A no perderse: las vistas desde arriba, si se tiene la suerte de contar con un día claro. Si no se tiene, las vistas desde abajo donde se ve la colina con el pueblo rodeada de nubes.
E iguales de pintorescos son varios de los pueblos que rodean a éste. Alguno, catalogado (algo sobradamente en mi opinión) el pueblo más bonito de Francia.
¡A seguir así compañeros!