Pulcritud y simetría sumado a un estilo en las construcciones que se replican como si fueran clonadas. Todo da como resultado un barrio de postal. Bryggen es la simplicidad y belleza en su máxima expresión. Se encuentra en la ciudad de Bergen, Noruega en la orilla oriental del fiordo en el que está emplazado la ciudad. Su nombre significa muelle o embarcadero en noruego.
No es extraño que turistas de todo el mundo lleguen a Bryggen para ser parte por un momento de esta ciudad de postal, donde la luz varía con el día y la vuelve única a cada momento. El turismo se ha convertido en la mayor actividad aquí y por ello la oferta de restaurantes y tiendas es tan variada que no les faltará nada si deciden pasarse unos días.
Bryggen es un lugar que hace ya muchos siglos fue elegido para el asentamiento humano. En el año 1360 cobijó a los comerciantes de la Liga Hanseática y esos pintorescos edificios que hoy vemos fueron hechos para guardar cereales y pescados. El edificio más antiguo es la Iglesia Santa María que es de 1130.
Tanta historia mereció ser protegida con el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Desde sus primeros años, Bryggen se caracterizó por sus edificios de madera, lo cual ha hecho que los incendios fueran moneda corriente. Así fue que la cuarta parte de los edificios que están en pie fueron construidos después del incendio de 1702.
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Del siglo XV han sobrevivido al fuego algunos sótanos de piedra. Del último gran incendio de 1955 se ha reconvertido la zona afectada levantar un museo donde se exhiben restos arqueológicos. Además se reconstruyeron varias casas de madera en el estilo antiguo. La obra más controversial fue el hotel que se hizo en el lugar. Toda Bryggen es una gran joya ideal para perderse en sus calles y dejarse llevar por historias mágicas.
Hermoso