Valldemossa no está junto a una playa, sino rodeado de formaciones montañosas y frondosas en la Sierra de Tramontana. Más precisamente hacia el oeste de la isla de Mallorca y al norte de Palma (bien podríamos incluir este pueblo en esta ruta por 8 calas que parecen una piscina natural en la isla). Es nada menos, que uno de los pueblos más bonitos que podríamos encontrar en las islas que salpican el mar Mediterráneo. Una sorpresa de las buenas, con un atractivo que supo seducir a personalidades de la talla de Frédéric Chopin, Rubén Darío, o Jorge Luis Borges, entre otros que tuvieron una estadía inspiradora bajo el encanto de este paraje.
Valldemossa tiene poco más de 2.000 habitantes y desde sus comienzos fue una comunidad rural que hasta hoy conserva un encanto intacto. Sus calles empedradas y onduladas, sus fachadas de origen medieval en las construcciones más antiguas, las vistas siempre rodeadas de montañas, lo convierten en un destino diferente a lo que muchos buscan en las islas (precisamente en Mallorca y Menorca están algunas de las mejores calas y playas del Mediterráneo).
En cambio, el pueblo es un respiro de tranquilidad, un reducto de otros tiempos que tan bien se luce en cada imagen con detalles como la iglesia del siglo XIII sobresaliendo entre los tejados. (Ver Valldemossa en un mapa)
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Para confirmar que éste pueblo es especial, también allí se encuentra la Cartuja de Valldemosa (un palacio que fue residencia del rey de Mallorca en el siglo XV) que fue emplazado allí por la belleza y lo estratégico del lugar en plena Sierra de Tramuntana.
Allí se conserva el edificio de la iglesia, claustro, el jardín, y las salas del complejo que incluian una biblioteca, salas y dormitorios. En éste lugar estuvo alojado Federico Chopin en los años 1838 a 1839, un sitio que llegó a inspirar al compositor (para escribir Oreludio Op. 28), y a su amante George Sand, que escribió en su estancia Un invierno en Mallorca. Tal vez ese fue el precedente para atraer a otros artistas al lugar, incluyendo escritores y pintores, además de otros artistas que hoy residen en Valldemossa. Seguramente la mayoría de los viajeros que llegan a Mallorca buscan sus playas, pero nada quita que una visita a este pueblo sea una de las mejores escapadas.
una invitacion a vivir un cuento de hadas, caminando por los senderos de la ilusion, lugares maravillosos con recodos para guardar en el baul de recuerdos
Gracias Cristy, un saludo!