Si estuviéramos buscando una isla para rodar una película de náufragos perdidos, es que con ésta sencillamente la encontramos. Si quisiéramos quedarnos aislados una semana en un paraíso perdido y lejos de todo, también lo encontramos (aunque decimos quedarnos no más tiempo que una semana, porque eso de ser náufrago no tiene nada de idílico). Cuesta pensar que unos días en ésta isla «perdida» y aislada en el Pacífico no terminen siendo bastante perfectos: playas de arena blanca, palmeras y vegetación en estado salvaje, bancos de arena rodeando una laguna azul que por debajo del agua parece un acuario. Se llama atolón Palmyra y está absolutamente lejos de todo (y hasta en una situación horaria un tanto confusa).
U.S. Fish and Wildlife Service Headquarters
De hecho está tan lejos que para llegar solo nos queda soportar varias horas de avión desde cualquier continente, además de alguna escala, o simplemente navegar por días. Palmyra es un atolón que es parte de las islas de la Línea, una colección de bancos de arena y arrecifes en el medio del Pacífico ( ya decíamos de que era un sitio aislado, y no era broma). Aunque la mayoría de las islas de ésta región al sur de Hawai pertenecen a la República de Kiribati, ésta isla en particular está en manos de Estados Unidos y permanecen deshabitadas.
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Lo de su «extraño» uso horario tampoco era broma: aunque tiene la misma hora que Hawai, su huso horario corresponde con la hora UTC+14, por lo que no comparte el mismo día con Hawai, y es uno de los primeros puntos del mundo en saludar el nuevo día. Para más precisión, Palmyra suma un extenso arrecife, dos lagunas, cincuenta islotes, unos varios cientos de cocoteros e infinidad de especies bajo el agua.
Después de un siglo XX bastante agitado entre guerras y ocupaciones militares, desde hace años es una reserva natural declarada como Palmyra Atoll National Wildlife Refuge. Se puede visitar de forma autorizada y sin alterar ningún espacio de la isla, donde la naturaleza se recupera y domina sin reglas para que al menos en este punto, el hombre no tenga que ser responsable de ninguna huella.
¡Bello, bello! Me encantó tu relato y descripción del lugar.
Es un lugar bellisimo gracias por compartirlo.