Casi nadie eligiría ir a las islas Spratly solo por lo que hay en superficie, ni siquiera para hacer turismo (es que no es mucho lo que hay para hacer). O en realidad sí podría haberlo, porque hay un clima excepcional, aguas turquesa que parecen una piscina y kilómetros de arrecife. El problema es que además de que están en el medio de la nada son islas tan pequeñas y tan insignificantes que casi no tienen infraestructura, ni se forman playas, además de que cada temporada en el año quedan a merced de la temporada de tormentas.
Imagen Storm Crypt (isla Boomerang, una de las Spratlys con un nombre por razones que saltan a la vista)
Son islas-arrecifes coralinos que asoman tímidamente a la superficie en el mar de China Meridional. Apenas suman 4 kilómetros cuadrados de tierra, y por si fuera poco, todas las islas están en disputa entre seis países que reivindican su territorio: China, Taiwán, Vietnam, Malasia, Filipinas y Brunei. El interés no es tanto las islas, sino los derechos de explotación económica del área. Sin embargo, hay visitantes bastante más desinteresados (en la parte económica) y más concentrados en lo maravilloso que hay que descubrir por debajo del agua:
Las islas como Layang Layang, una de las más conocidas del conjunto de las Spratly , apenas cuenta con una pista donde aterrizar construida sobre una plataforma artificial. Pero una vez allí, no hay nada mejor que sumergirse a bucear y descubrir uno de los ecosistemas submarinos más aislado, ricos y con aguas más puras y preservadas del planeta. En especial, el área en torno a Layang Layang (un pequeño atolón de coral en una zona de aguas con unos 2.000 metros de profundidad) posee aguas extremadamente azules y claras, libres de cualquier contaminación e ideales para observar especies como el tiburón martillo, tiburones ballena, y un colorido y variedad que mejor se puede ver en imágenes:
Storm Crypt (La isla Layang Layang y su pista de aterrizaje, la puerta para entrar al mundo submarino del archipiélago a través del buceo)
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La mayoría de las islas están deshabitadas, y hay apenas infraestructura turística que abre por temporadas cada año. Es la ocasión para disfrutar de las imperdibles sesiones de buceo. La forma de llegar no es otra que en avión hasta Layang Layang (perteneciente a la parte de Malasia en Borneo) la única con vuelos regulares y que además cuenta con un centro de buceo. Se sospecha de la presencia de reservas de petróleo submarino en el lugar, por lo que eso de paraíso intacto tal vez tenga validez por no tanto tiempo.
