La vuelta al mundo en un blog: Trajinando por el mundo

El blog que nos lleva a dar la vuelta al mundo en esta ocasión tiene el poder de las cosas simples. Cuando entras por primera vez al sitio ningún artificio tecnológico llama la atención ni ninguna distribución visual esotérica anticipa lo mejor que tiene esta bitácora.

Carmen Teira

El valor distintivo de Trajinando por el mundo, el blog de Carmen Pérez del Olmo Teira (periodista freelance especializada en viajes y turismo) es la contundencia de su relato simple y transparente. Leer su trajinar por el globo es adentrarse en una narrativa prístina y sincera, a tal punto que es fácil dejarse llevar por cada lugar recorrido con la mayor naturalidad.

El periplo de Carmen es vasto ya que ha recorrido América, Asia, Oceanía y Europa y también ha participado de press y blog trips a diversos destinos. Desde su experiencia, comparte los mejores consejos sobre Gastos y presupuestos, Gastronomía, Preparativos y Consejos, todo lo que hay que saber sobre el Transmogoliano ( o Transiberiano), información más que útil para todo viajero que se precie.

El hecho de saber que se leen reseñas que fueron hechas sin pelos en la lengua, como por ejemplo en este post denunciapor llamarlo de alguna manera- es algo que le agrega valor a las simples aventuras de una viajera. La honestidad de contar las impresiones que un lugar genera a priori, exponer las elucubraciones de una trotamundos, el detrás de escena de la decisión sobre hacia qué lugar ir o en qué dirección continuar, son todos elementos extras que hacen brillar más la narración de por sí rítmica y atrapante de Carmen. Eso sin olvidarse de sus excelentes fotografías. Trajinando por el mundo invita a una vuelta al mundo imperdible.

Para saber más, visita el sitio Trajinando por el mundo.

5 comentarios de “La vuelta al mundo en un blog: Trajinando por el mundo

  1. Carmen dice:

    Me he llevado toda una sorpresa al encontrarme esta reseña esta mañana, ¡ha sido un regalo de reyes estupendo!

    Muchas gracias, Mariela, por tanto elogio, ¡no sé si lo merezco!

    Y muchas gracias, Antonio, por estar siempre ahí… 🙂

    ¡Un abrazo!

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